La Academia de las Ciencias de California en su nueva sede en San Francisco, posee un revolucionario edificio diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, que se considera el primer museo ecológico del mundo. La obra ocupa 10.000 m2 en el centro del parque Golden Gate y se tardo cerca de tres años en su construcción.
Esta edificacion es un verdadero tributo a los principios de la construccion sostenible, con 60.000 placas fotovoltaicas que cubren la fachada acristalada y con un tejado vivo de 10.000 m2, compuesto por plantas autóctonas, que cubre los 12 edificios que la forman.
Diferentes características y sistemas del edificio permiten reducir el gasto energético y el consumo de agua. Por un lado, gracias a haber sido diseñado con criterios de regulación pasiva de temperatura y ventilación, y a la cantidad de ventanas y claraboyas implantadas que permiten aprovechar la luz solar, el edificio emplea de un 30% a un 35% menos de energía que un edificio convencional.
Por otro lado, con las 60.000 células fotovoltaicas del tejado, que proporcionan casi 213.000 kWh de energía limpia al año, se puede abastecer hasta el 15% de la demanda energética del edificio. Finalmente, el tejado también tiene capacidad para recoger unos 13 millones de litros de agua de lluvia al año, la cual es reutilizada.
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Sin duda, el elemento más característico del edificio es su techo verde ondulado. Se trata de una superficie de 10.000 metros cuadrados cuya forma es un homenaje a las colinas de San Francisco.
El techo está cubierto de vegetación autóctona. Concretamente, por nueve especies diferentes de plantas nativas de esta región de California, que al ser de la zona no necesitan irrigación artificial, con lo que el mantenimiento y aporte de recursos ajenos al sistema natural es mínimo o nulo. Tal es el atractivo del techo que incluso se ha convertido en una atracción visitable del museo.
Des del punto de vista ecológico, la tierra del techo verde, además de ser un elemento decorativo, actúa como material aislante y permite la recogida de agua. Por otro lado, los distintos tragaluces existentes brindan luz natural a los espacios interiores.