Inglaterra y sus construcciones literalmente van perdiendo altura y acercándose al nivel del mar. Londres y se hunde entre uno y dos milímetros anualmente, según un estudio de la Agencia Medioambiental del gobierno del Reino Unido.
Para protegerla y evitar que acabase como la Plaza de San Marcos tras una tormenta se construyo la Barrera de Támesis, una de las más extraordinarias obras de ingeniería del mundo, literalmente poniendo puertas al mar.
Esta barrera es una estructura de control de inundaciones.
Usada por primera vez en febrero de 1983, la estructura protege nada menos que 125 kilómetros cuadrados del centro de la capital del Reino Unido. En términos más prácticos, la barrera de Tamesis ejerce de guardián de más de un millón de personas, así como de la infraestructura de la que básicamente depende la ciudad y de edificios tan emblemáticos como el Parlamento de Westminster o la Torre de Londres.
La obra, construida sobre el rio Támesis es la segunda barrera móvil contra inundaciones más grande del mundo, después de la barrera de Maeslantkering en Holanda.
El sistema, de más de 520 metros de longitud, está compuesto por diez compuertas móviles (cada una pesa tres mil 700 toneladas y mide 20 metros del altura) recubiertas por placas de acero inoxidable y se sustenta sobre pilares en el río.
Cuando no se acciona la barrera, pensada para soportar las mareas originadas en el Atlántico o las crecidas causadas por lluvias torrenciales, seis de sus diez compuertas quedan recostadas en el fondo del río, permitiendo el paso de los barcos.
En caso de emergencia, las compuertas de la barrera del Tamesis rotan 90 grados y forman un muro de acero que contiene el agua, cuyo nivel puede ascender hasta siete metros.