El cemento es un conglomerante hidráulico que mezclado con agregados pétreos (árido grueso o grava, más árido fino o arena) y agua, crea una mezcla uniforme, maleable y plástica que fragua y se endurece al reaccionar con el agua, adquiriendo consistencia pétrea, denominado hormigón o concreto. Su uso está muy generalizado en construcción e ingeniería civil, siendo su principal función la de aglutinante.
Desde tiempos remotos (aproximadamente 6.000 años A.C.) ya se conocían las propiedades
cementantes de algunas piedras cuando se molían finamente y se mezclaban con agua. Los egipcios, griegos y romanos utilizaron el yeso, las puzolanas naturales y aún las calizas calcinadas como cementantes. Posteriormente los ingenieros Smeaton (inglés) y Vicat (franés) estudiaron y mejoraron los cementos existentes, hasta que en 1824, en Inglaterra, Joseph Aspdin comenzó la producción industrial del cemento Pórtland que es el producto de la calcinación conjunta de caliza y arcilla. Aspdin lo patentó como “piedra artificial“.
El término cemento Portland se debio a su parecido con la piedra de Portland, que era muy utilizada para la construcción en Inglaterra. El primer cemento Portland moderno, hecho de piedra caliza y arcillas o pizarras, calentadas hasta convertirse en carbonilla (o escorias) y después trituradas, fue producido en Gran Bretaña en 1845. En aquella época el cemento se fabricaba en hornos verticales, esparciendo las materias primas sobre capas de coque a las que se prendía fuego. Los primeros hornos rotatorios surgieron hacia 1880. El cemento Portland se emplea hoy en la mayoría de las estructuras de hormigón.
El primer uso del cemento Pórtland se limitó a morteros para albañilería bajo agua. El aumento de confianza en su uso hizo que transcurriera poco tiempo hasta que se empleara con piedras partidas, en fragmentos pequeños, mezclados con mortero, es decir, en el concreto.
Al generalizarse el uso del concreto reforzado (a fines del siglo pasado), el cemento Pórtland llegó a ser rápidamente uno de los principales productos de construcción.
En el último medio siglo, la utilización del cemento Pórtland ha continuado expandiéndose hasta el punto que casi ninguna construcción, grande o pequeña, se ejecuta sin el uso de concreto de cemento Pórtland en alguna parte de la obra